lunes, 22 de octubre de 2007

Prueba de nivel (I):Matemáticas

Pues resulta que a mi querida Junta de Andalucía se le ha ocurrido hacer una prueba de nivel para todos los alumnos de 3º de ESO que abarque las dos materias instrumentales: Lengua y Matemáticas. Mis niños de 3º (de los que soy tutora) han hecho hoy la prueba de Matemáticas. He de reconocer que algunas cuestiones estaban bastantes confusas y los contenidos de los cuestionarios pésimamente distribuidos, porque los pobres no sabían en qué hueco les tocaba responder. Hasta ahí bien, que no es culpa de las criaturitas. Cuestiones:

-"¿Y esto para qué vale, maestra?"

Respuesta mental: "Para nada. Para que lleguen a la conclusión de que los profesores no sabemos explicar, que vosotros sois las víctimas de todo el sistema educativo y para que a mí me hagan echar unas horas extras corrigiendo pruebecitas que, por supuesto, nadie me va agradecer. De dinero ya, ni hablo".
Respuesta real: "Hombre, para ver el nivel de conocimientos de la clase. Es muy importante que pongáis el mayor empeño porque la imagen de la clase está en juego".

-"¿Me va a contar en la nota?"
Respuesta mental: "Pues la verdad es que tampoco".
Respuesta real:"Pues no lo sabemos todavía... (Silencio incómodo). Pero bueno, tú hazlo lo mejor que sepas".

-"Y si no lo hago, ¿qué pasa?"
Respuesta mental: "La verdad, nada. Ya entonaré el mea culpa por no saber motivarte lo suficiente".
Respuesta real: "No, no. Eso ni se te ocurra, porque perjudicas la media de toda la clase...".

Leo las instrucciones, reparto los formularios y ...

-Maestra, ¿qué diferencia hay entre el ancho y el alto?
-¿Cómo?
-Sí, hay que dibujar un rectángulo que tenga 20 centímetros de ancho y 30 de largo...
¡Ay, mi madre! La primera, en la frente. ¡Chiquillo! ¿No ves que da igual, que con las medidas que te dan te debería salir, aunque no tengas ni idea de qué es el ancho y el largo? Que también les vale. Almas de cántaro... (o cantaro, que dirían ellos).
-Lo siento, pero no puedo aclararos nada.Tenéis que entender las preguntas.
Por supuesto, hacen caso omiso. Y vuelven a la carga:
-¿Qué era vertical y qué horizontal?
-Aquí hay una pregunta que es como un Sudoku... Maestra, ¿qué es una celda?

Y mañana, la prueba de Lengua. Ayyyyyy...





sábado, 20 de octubre de 2007

Vivo en un chiste...

..y yo sin enterarme, fíjate. Esta mañana he ido al centro de Sevilla a comprar cuatro cosas (libros, básicamente) que me hacían falta. Bueno, no me hacían falta, falta, pero me ha dado por ahí. Como resulta que cuando me fui a Grecia guardé mi Ipod nano tan bien, tan bien que no lo encuentro, pues iba por la calle a orejón destapado.

Me encuentro de frente a un grupo de unas 6 personas, todas con su camiseta con el logo de los Héroes del Silencio (se ve que han dado o van a dar un concierto por aquí, no lo sé). De pronto, a mi espalda, se levanta un vocerío de considerable potencia y escasa vocalización (por un momento pensé que eran alumnos míos) que saluda a los de la camiseta. Miro disimuladamente hacia atrás y veo que son otros fans de los Héroes que, al reconocer a otros individuos de su manada, en lugar de acercarse y olerse los culos mutuamente (que queda muy feo esto en público, pero no otras cosas que voy a contar), deciden saludarse con gritos propios de un troglodita en celo.

"Mira tú qué gracia. Qué majos", pensé. Pero no tardé mucho en cambiar de idea. Se ve que los del grupo de detrás llevaban la misma dirección que yo. Nos detuvimos en un semáforo y pude oír su conversación. Por el acento, noté que eran de más arriba del Despeñaperros.

-¡Uy, fíjate!
-¿Qué?
-¡El semáforo! ¡Que tiene a un tío corriendo!
-¡Uy, qué bueno, macho!
-Desde luego, qué cosas tienen estos sevillanos. Esto de poner un tío corriendo en los semáforos, sólo se les puede ocurrir a ellos.

¿? Sigo:

-¿Qué paza?
-¡A mí no me paza ná!
-Illo, ¿tú tiene idea aonde vamo?
Descojone general.
Un pelo me faltó para volverme y decirles que en Sevilla no se habla así y que deberían tener un poco más de educación y no ir berreando cosas por la calle que podían molestar a los viandantes. Porque esos cuatro tíos, talluditos ya todos ellos, se dedicaron a reírse de cuanto veían y a "hablar andaluz", según ellos, claro.

Hasta los mismísimos estoy de que se asocie a Sevilla, a Andalucía, con hablar mal, gritar mucho, ser ordinario y trabajar poco. Y que cualquier cosa que hagamos o digamos haga gracia. Porque sí. Como cuando sales de Andalucía, te preguntan de dónde eres y cuando se lo dices , la respuesta, en el 99%de los casos es: "Cuéntame un chiste". O : "¿Sabes bailar sevillanas?" (el otro 1%).

Pues aquí hay una sevillana sin gracia para los chistes y a la que las sevillanas le importan un pito.

¡Hombreya!

jueves, 18 de octubre de 2007

Cosas que echo de menos

"-A ver, venga, sigo dictando la definición de oración...
(Entra el coro a grito pelao y simultáneamente, por supuesto):
-¡Espérateeee!
-¡Avíateee!
-¡Que yo no he terminao de copiar, maestra!
-¡Vaya tela!
-¡Pues yo no hago ná!
Resoplidos varios, muecas de disgusto y ruido de bolis, lápices o lo que se tercie estampados contra la mesa (por suerte)."

Diario de clase, 17 y 18 de octubre 2007

"El texto explicativo es aquel que... (parrafada que les importa tres carajos).
(Solista de turno, también a grito pelao):

-¡Martaaaaa! ¡Pásame el boli azul!
Marta, tres filas más adelante, le tira el boli al interfecto con una fuerza directamente proporcional a la longitud del rabillo de su ojo. Vamos, con una fuerza de cagarse".

Todos los días así. Da igual que una les diga un millón de veces que las cosas se piden por favor, y que no hace falta gritar. Y que no pueden hablarme como les hablan a sus colegas. Pero ¿tanto cuesta pedir las cosas por favor?

Llevo dos días que voy arrastrando el alma en los pies.

Por cierto, Pani, un beso y muchísimas gracias por tu "Breva de plata". Quiero un dibujo (u algo) para colgarlo en el blog. Aunque no tenga mucha idea de cómo hacerlo.

domingo, 7 de octubre de 2007

Si no tienes nada agradable que decir...

mejor te callas, canalla. Reproduzco una conversación con una "compañera de trabajo":
-¡Hola, Suntzu (lo de Suntzu, evidentemente, es mío)! ¿Cómo estás?
-Bien, V., bien. Viendo mejor cada día.
-¡Qué bien! Cómo me alegro... Y por lo de los ojos hundidos, no te preocupes, que eso se pasa. Mira, yo tenía un amigo que tenía los ojos así, comidos, como tú, pero le duró un par de meses. Así que tú no te preocupes, que ya verás como tienes los ojos mucho mejor dentro de unos meses...
Y ella siguíó hablando, mientras yo pensaba: " ¿De verdad piensa que me ha hecho un comentario agradable?" Y encima creerá que me anima y todo...
Menos mal que solo hablo con ella dos veces a lo sumo en todo el curso.