lunes, 8 de septiembre de 2008

Pies en polvorosa

Siento el mareo, siento el trasteo, pero he tenido que mudar el blog entero de dirección. Mi madre y el historial de Google se han confabulado para dar con mi antigua dirección y eso sí que no.

Así que, bienvenidos a la nueva dirección, mismo blog.
Actualización: ante las numerosas quejas que recibo del feed de las narices, solicito, desde aquí, ayuda, socorro y comprensión. Yo ya he dado de alta el blog en feedburner y he puesto el icono, pero se ve que no funciona. Y yo ya no doy para más. Si alguien, amablemente, me echa una mano, puedo prometer y prometo que arreglaré el problema.

Otra cosa: voy a estar un poquillo perdida durante unos días porque han ingresado a mi cuñada y estamos cuidando al peque.

Besos a todos.

Para clamar al cielo

He vuelto al cole. Sí, sí. Aunque todo el mundo dé por sentado que no es así porque los vástagos siguen en la calle, yo he vuelto al cole. Bueno, al instituto. Exámenes de septiembre, ya sabéis. La mitad no se ha presentado, y los que sí lo han hecho, no sé para qué se han molestado. De todos los que yo tenía pendientes, solo he aprobado a uno. Y nunca mejor dicho, porque lo he aprobado yo. Tras los exámenes, dos días de reclamaciones. Para que os hagáis una idea de cómo está el patio os comento distintos casos:

Caso 1: La alegre divorciada .

La alumna A llega a mi aula acompañada de su progenitora. Alumna que es incapaz de distinguir un sujeto de un predicado, pero que se hace un rabillo del ojo perfecto con los ojos cerrados. Caso de manual. El diálogo, como sigue:

-Verá, es que a ella le salió muy bien el examen.

-Bueno, si quiere, lo vemos.

-Pues sí, pues sí, porque ella lo estuvo ayer comentando con el padre y vamos, solo tenía dudas en una pregunta.

Resumen somero del contenido del examen de la moza (2º de ESO):

.No sabe decirme en qué persona está narrado un texto.

.No sabe cuáles son los tres géneros literarios principales.

.No analiza un verbo a derechas.

.Deja tres preguntas sin contestar.

.Confunde los sinónimos con los antónimos.

La madre que ve el examen. Y se le cambia la cara, claro.

-¿Esto es lo que has hecho? ¡Qué vergüenza, qué vergüenza!

-Señora, a usted no debería darle vergüenza; debería dársela a ella, y mírela.

Y ahí estaba la alumna A, descojonándose en la cara de su madre ante su ingeniosa definición de novela: "historia expansiva que puede tener final. O no".

Esa era la pregunta en la que tenía dudas. Como si el resto lo hubiese bordado.

Caso 2: Qué penita me doy.

La alumna B ha pasado un curso bastante complicado por causa de una enfermedad. A pesar de las actividades de recuperación que se le han ido poniendo a lo largo del curso a la alumna B le ha quedado la asignatura, simplemente, porque la alumna B le ha echado algo de morro con la excusa de la enfermedad. Y porque, sencillamente, no sabe expresarse y se aturulla y no da pie con bola.

En junio, hablo con la alumna B y, teniendo en cuenta sus circunstancias, le indico cuáles son los principales contenidos y qué tiene que estudiarse para el examen de septiembre.

Llega el examen y la alumna B me deja tres preguntas en blanco, comete tropecientas faltas de ortografía y se hace un lío con casi todas las respuestas. Vamos, que encima que le digo lo que tiene que estudiar, no lo hace. Y yo, ya no puedo hacer más. No obstante, ella insiste y viene con el padre para hacer presión. Al cabo de una hora (de reloj) logro convencer al padre de lo evidente: que un 3,65 no es un cinco, ni aquí ni en Pekín y que no hay de dónde rascar.

Caso 3: La troupe/ Usted no sabe con quién está hablando

Otro alumno de 3º, como la anterior. Sobrino del vicedirector. Viene con la madre, el padre (hablando por el móvil) y los dos hermanos. A mí, que no me achanta nadie, me encanta el mogollón y los recibo a todos con la más educada de mis sonrisas sabiendo ya lo que viene después.

Como siempre, vienen a ver el examen del niño, porque según él “le ha salido muy bien”. Yo creo que mienten a los padres al salir del examen y luego, por no admitir que saben que han hecho una porquería de examen porque no han estudiado, se mantienen firmes en su mentira hasta el final. Yo, que aprecio de veras al alumno, le doy la oportunidad de ahorrarse el ridículo:

-¿Seguro que quieres ver tu examen, C?

El niño se calla. Habla la madre que lo trajo al mundo:

-Sí, sí, claro.

Yo creo que la señora pensó que yo tenía algo que ocultar, pero no era así. Y como yo soy de natural bueno hasta que me vienen con prepotencias y suspicacias, saco el examen que, por no dar muchos detalles, digamos que no llegaba ni al 2 y que albergaba, entre sus perlas, cosas como esta:

“Garzilaso de la Vega era un autor que escribía poemas dramáticos que copió de otro escritor anónimo cuyo nombre desconocía”. ¿?

Caso 4: El fantasma de Canterville/No sin mi hija.

He de reconocer que esto nunca me había pasado. El segundo día de reclamaciones me vino una alumna (con la madre incorporada de serie, por supuesto) a pedirme que la aprobara. Le habían quedado tres asignaturas, entre ellas, la mía e iba a repetir (con dos se pasa, pero 3 es repetición). La madre me suplicó, asegurando que su hija haría todos los trabajos que yo quisiese en 4º, que ella era trabajadora, que no se merecía esto…

Miro mi cuaderno de notas. Miro el montón de exámenes. Lo vuelvo a mirar.

La moza, ni siquiera se había presentado.