miércoles, 31 de agosto de 2011

¡Qué bien viven los maestros!

Iba a hacer una entrada acerca de la vuelta al cole (El Corte Inglés me pone mala, mala estos días), pero es que acabo de escuchar un debate en Intereconomía acerca de la situación de los docentes en Madrid con las reformas que se les vienen encima. No entro en lo que me parecen las medidas (hay algunas que me gustan y otras que no), pero es que, una vez más, me he puesto negra. Y así sigo. 
Estoy harta de escuchar lo poco que trabajamos los profesores. Y antes de que nadie me acuse de victimista y me diga que trabaje en otra cosa, quiero aclarar algunos puntos.
Reconozco que soy una privilegiada. Pero no por tener un puesto de trabajo fijo que me he ganado a pulso; no me ha tocado en ninguna rifa (lo recuerdo porque creo que hay personas que piensan que esto nos ha caído del cielo). Ha supuesto muchos, muchos sacrificios económicos y en mi vida social durante cuatro años de mi vida. Y yo he tenido suerte. Hay gente que pasa muchos más años peleando con las oposiciones. Quien crea que vivo muy bien y tengo muchas vacaciones, que oposite, que las oposiciones son públicas. 
Tampoco me considero privilegiada por mi jornada laboral de 30 horas semanales. No son 18 ni 20 (esas son lectivas, de cara a los alumnos), son 30. Lo sé, no son cuarenta ni ochenta como he leído a algún guardia de seguridad en algunos de los comentarios que han dejado en el programa. Pues lo siento mucho, pero me encantaría que algunos de estos que tanto protestan se metieran un día entero, ya no digo las seis horas, tres, tres horas seguidas en cursos como, no sé, 2º de ESO, por ejemplo. Sé que no estoy en una mina ni levantando un edificio, pero, señores, créanme, el día que tengo tres clases seguidas (o seis) salgo como si me hubiesen dado una paliza: me duele el cuello, la espalda, la cabeza y de hablar, ni mu, porque tengo la garganta y los nervios destrozados muchas veces. No digo que sufra más que nadie, pero tampoco menos. No es fácil.
Tampoco me considero privilegiada por mis vacaciones. Sí, tengo dos meses seguidos y Navidades y Semana Santa y puentes y demás. ¿Saben cómo me paso la mayoría del tiempo de esas vacaciones? Trabajando. O con cosas relacionadas con el trabajo en la cabeza. Y como yo, el 90% de los docentes que conozco, por suerte. Todas las horas que la gente cree que tengo "de más" durante mis vacaciones, me las debe la Administración de mis tardes y mis fines de semana, que también me paso trabajando, preparando clases y materiales, corrigiendo, haciendo cursos, estudiando idiomas, acudiendo a evaluaciones, claustros, reuniones con padres. Yo no ficho a las dos y media, me voy a mi casa y desconecto. Cuando salgo del centro, me queda, al menos, otro 30% del trabajo por hacer en casa. Pero por si hay alguien que me sigue envidiando las vacaciones, insisto: que oposite para vivir "tan bien" como yo.
No sé lo que es que me paguen ninguna de las muchas horas extra que le echo a esto ni que me las reconozcan de ninguna manera (días libres, asuntos propios...).
Me considero privilegiada porque, a pesar de todo esto, puedo decir con la cabeza bien alta que me dedico a lo que quiero. Y que me gusta, que no quiero hacer otra cosa por más que la administración no haga más que putearnos (porque esa es la palabra) y por más que mucha gente se dedique a señalarnos y a atacarnos a la yugular (es lo que ha pasado esta noche en el programa) a la mínima de cambio. 
Insisto: si siguen pensando que vivo mejor que nadie, ya saben, opositen a profesores de Secundaria. Y luego hablamos. Igual, hasta echan de menos su anterior trabajo.

Les dejo un vídeo de desahogo:


7 comentarios:

  1. El error principal... ¿Que haces viendo Intereconomía, chiquilla? xD xD

    El resto... es la ignorancia. Esa asignatura que todo el mundo aprueba en alguna, y cada vez más, muchas y todas las materias.

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  2. Eso le dije yo, Lukas jajajaja
    Y ¿qué te voy a decir yo, que acabé diciéndole a un buen señor que opositara o se fuera a la mierda y me dejara en paz por acusarme, en mi puesto de trabajo, que yo es que lo tengo muy fácil?
    Y si no quieren ir a tus clases, que se pasen una mañana entera en mi oficina atendiendo a la peña, y luego, of course, que oposite.

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  3. De acuerdo contigo. El problema, como en todos los gremios (yo soy funcionaria del servicio exterior en Alemania), está en que a los inútiles y desganados, que también los hay se les ve mucho, demasiado y eso jode al resto. No es que los profesores estén bien, es que muchos están peor y ya se sabe: en el país de los ciegos, el tuerto es el rey.
    Creo que somos muchos los que sabemos reconocer la necesidad y la profesionalidad de la escuela pública. Una amiga mía enseña inglés en un colegio privado muy católico y muy conservador y viendo su nivel de inglés me da miedo lo que aprenderán esos pobres niños de las demás materias. Un horror.
    ¡Ánimo¡ Y además de defenderos, os animo a no permitir que las ovejas negras destrocen vuestra buena imagen. No caigáis en el corporativismo. Eso os resta credibilidad. Ah, y apelar al tema de la oposición no ayuda mucho: a veces parece que el esfuerzo que supone, que no es poco, vale los privilegios. El puesto de trabajo se gana todos los días. También en el caso de los funcionarios.
    Un saludo.

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  4. Hoy he creado un blog en un momento de cabrero con mis alumnos :-P

    http://unimpermeablerosa.blogspot.com/

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  5. Suntzu, ¡qué alegría encontrarte!. Un día quise entrar a tu antiguo blog, y no pude más. Ahora te he vuelto ha encontrar, me encantan tus historias y tu día a día .. saludos, y abrazos.

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  6. ¡Hola, Jonay! Me alegra mucho encontrarte por aquí. El blog anterior lo tuve que cerrar. Este no es que lo tenga muy al día, como podrás comprobar, pero es que está siendo un año en el que no sé de dónde sacar el tiempo para los blogs. De todas formas, intentaré ir dejando las cosas que merezcan la pena por aquí.
    Un abrazo.

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  7. El problema esta en la educación, pero no individual de personas concretas, sino en la educación del país, en este caso España. Como bien han dicho por ahí, por culpa de unos poco vagos se tiene esa fama, pero no son unos pocos, es como esos pocos nos influyen a la hora de pensar que por ejemplo los maestros o los funcionarios no trabajan. Y eso está en la educación del país. Un ejemplo claro: una persona ve diariamente a los funcionarios de la administración cumpliendo su horario e incluso ampliandolo, de eso no se dice nada, pero en cuando vemos uno de ellos que pica y se va o cualquier otra alimaña, ya ahí todos los funcionarios son unos vagos.
    He tenido la suerte de viajar por algunos países y sinceramente, cuando vuelvo a España me da vergüenza de mi país. Ya no hablo en lo económico, que también, sino en lo social, en que los españoles cumplimos la ley de la picardía y del mínimos esfuerzo y quieras o no, eso influye en todo lo que nos rodea.

    Pepe Blanco

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